sábado, 31 de octubre de 2009

Lovaina dedica una gran retrospectiva a Roger van der Weyden

El nuevo museo municipal de Lovaina (Bélgica) expone, hasta el 6 de diciembre, una monumental muestra de Roger van der Weyden, uno de los mejores pintores flamencos de todos los tiempos. Son nada menos que 104 obras para trazar su trayectoria artística y la importancia de la escuela que lideró.
Las piezas proceden de todo el mundo, incluida España, que ha prestado siete obras. Autor directo de alrededor de 40 tablas, la muestra reúne también trabajos firmados por su escuela, reproducciones de la época y cuadros de autores contemporáneos.
La pieza estrella de la exposición es el tríptico de los siete sacramentos, realizado entre 1440 y 1445 y prestado por el museo de Amberes.
Con Van der Weyden, el arte sacro reconoce su alma. Lo que hasta entonces parecían puras estatuas, adquieren con el pintor una humanidad plena de sufrimiento, pena y resignación. De ahí que su forma de enfrentarse al arte marque un antes y un después. El comisario de la exposición, Jan van der Stock, ha construido un recorrido en el que junto a la obra se dan a conocer detalles de la casi secreta vida del artista.
La exposición ha servido también para que un comité de expertos delimite la cuantía de la autoría del pintor flamenco en cada una de las obras. Cuatro tablas que se le venían atribuyendo en su integridad han pasado a ser firmadas por su escuela.

Lovaina dedica una gran retrospectiva a Roger van der Weyden

El nuevo museo municipal de Lovaina (Bélgica) expone, hasta el 6 de diciembre, una monumental muestra de Roger van der Weyden, uno de los mejores pintores flamencos de todos los tiempos. Son nada menos que 104 obras para trazar su trayectoria artística y la importancia de la escuela que lideró.
Las piezas proceden de todo el mundo, incluida España, que ha prestado siete obras. Autor directo de alrededor de 40 tablas, la muestra reúne también trabajos firmados por su escuela, reproducciones de la época y cuadros de autores contemporáneos.
La pieza estrella de la exposición es el tríptico de los siete sacramentos, realizado entre 1440 y 1445 y prestado por el museo de Amberes.
Con Van der Weyden, el arte sacro reconoce su alma. Lo que hasta entonces parecían puras estatuas, adquieren con el pintor una humanidad plena de sufrimiento, pena y resignación. De ahí que su forma de enfrentarse al arte marque un antes y un después. La composición y el colorido de las tablas giran en función de la carnalidad de la pieza. El comisario de la exposición, Jan van der Stock, ha construido un recorrido en el que junto a la obra se dan a conocer detalles de la casi secreta vida del artista.
La exposición ha servido también para que un comité de expertos delimite la cuantía de la autoría del pintor flamenco en cada una de las obras. Cuatro tablas que se le venían atribuyendo en su integridad han pasado a ser firmadas por su escuela.

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viernes, 30 de octubre de 2009

“Ese enigma de los enigmas que llamamos el ser”


“Ese enigma de los enigmas que llamamos el ser” (1990. Técnica mixta sobre lienzo. 162x130 cm. Colección privada) es una de mis obras de mayor tamaño y una de las más logradas.
El título de la obra es un fragmento del ‘Canto a mi mismo’, uno de mis poemarios favoritos (antes o después siempre vuelvo sobre él), de Walt Witman. En ese año había acabado la licenciatura de Filosofía, y me figuro que el título tendrá también alguna relación con él.
Tarde en hacerla prácticamente todo el verano de ese año durante una estancia en Arteleku. La obra está creada con papel, cemento, pintura industrial y óleo.
En la actualidad la obra pertenece a la colección privada de Manuel Lanas Lecuona.

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